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 L'abril de 1850 Francesc Font, una part del consistori i nombrosos veïns enviaren una carta al governador sol•licitant la inclusió de Capdepera dins el municipi d'Artà. El juny el governador comunicava a la batlia d'Artà la petició que realitzava Capdepera; el 6 de març de 1851, segons ordres de la Governació del Regne i de S. M. Isabel II s'extingia el municipi de Capdepera.


 El 31 de juliol de 1850 tres regidors, el síndic de l'Ajuntament i 164 veïns sol•licitaven al governador que no privàs Capdepera de la consideració de municipi independent, Aquest és el contingut de l’informe que trameteren al governador i que acompanyava l'esmentada sol•licitud (7):

“El pueblo de Capdepera se compone, según el último censo, de 324 vecinos con 1512 almas, paga de contribuciones, a saber, de inmuebles con sus recargos 37.236 reales, de subsidio 864 reales y de consumos 5,764 reales.Posee un distrito de bastanta consideración cuya mitad cercanamente la baña el mar con un puerto llamado Cala Gat del cual dista poco más de una hora, varias calas, un castillo con Gobernador y capella castrense, dos torres para señales llamadas atalayas en una de las cuales se halla colocada el telégrafo con la correspondiente dotación de hombres destinados al servicio de cada una, otra torre de defensa que la sirven tres hombres, todo esto en la parte de la costa marítima y confinante con la parte opuesta con los distritos de Artà y Son Servera de los cuales se halla dividido el de Capdepera mediante una elevada cordillera de montes, de tal modo colocados que parece que la naturaleza misma ha querido establecer esta división. Dista el pueblo de Capdepera del de Artà una hora y media bastantes y del de Son Servera la distancia viene a ser igual, con poca diferencia.

El territorio es regularmente fértil, cosecha cereales, legumbres, aceite, cáñamo para el consumo y el vecindario en general se dedica a la labranza y en horas extraordinarias a las obras de palmas de que hace bastante extracción. Todos los vecinos exceptuando muy pocos son propietarios y muy laboriosos hasta el punto de no desperdiciar un momento para entregarse al ocio. El estado de los caminos que conducen del pueblo de Capdepera al de Artá y al de Son Servera se hallan, esto es, el primero regularmente conservado para el tránsito exceptuando cosa de cuarto de hora que es algo difícil para los carruajes, y el segundo, no tan bueno, se hace en parte intransitable durante el invierno en tiempo de lluvias.


 Ninguna relación que pueda ser atendible liga las dos poblaciones de Artá y Capdepera entre las cuales no se hace comercio alguno ni otro tráfico que proveerse los de Artá de piedra marés y de yeso para la fabricación de casa de los canteros situados dentro del término de Capdepera a muy poca distancia de este pueblo. Tiene el Ayuntamiento casa propia consistorial para sus reuniones, con cárcel y carniceria en el mismo edificio, hay maestro con título de superior con estudios hechos en la Escuela Normal de esta provincia, que la tiene abierta con cincuenta y un discípulos concurrentes y su dotación la paga la municipalidad, ha creado un propio que consiste en un fábrica de alfareria que tiene arrendada, y la iglesia parroquial ha sido fabricada dentro del término de diez años habiéndose antes comprado el terreno, todo a costas del pueblo”.